.- ¿Por qué lloras?
.- Estoy perdido y me
siento triste.
Mire a mi alrededor y no vi a
nadie que me pareciera algún familiar de aquel angelito desamparado, y le pregunté.
.- ¿Dónde vives?...y… ¿Por
qué estás triste?
El me respondió…
.- Yo vivo aquí y estoy
triste porque me da pena de ti.
Me quedé perplejo y sin saber que
contestar. No recordaba a ese niño, estaba seguro de que no le conocía y
pensé que necesitaba ayuda por lo que sin más me senté a su lado y le hable.
.-Cuéntame tus
inquietudes… le dije con un cierto tono condescendiente…yo sabré escucharte y
comprenderte y te prometo que hallaremos solución a tu tristeza.
El niño levantó la cabeza y me miró a los ojos y con la misma voz serena de antes me dijo…
.- Si, seguro que me
escucharas…como siempre…pero no me comprenderás y será muy difícil que podamos
hallar una solución a mi tristeza, porque ya es tarde.
No entendía bien lo que pretendía
decirme, y continúe escuchándolo con atención.
.- Tú me escuchaste pero no me
comprendiste cuando te decía que le dieras más importancia a la verdadera
esencia de la vida…al amor, a los hijos, a percibir la tranquilidad y la paz en
el día a día, en concederle la importancia que merecía el cariño que te daban
tu familia y tus amigos. Tu solo pensabas en las cosas materiales…me
dijo…y continuó hablando…
.- Tú pensabas que el tiempo era
oro y que debías aprovecharlo para cosechar fortuna que te produciría
bienestar y seguridad.
Fuiste esclavo de tu propia condición y de tus propias
convicciones fruto de una educación que te encadena a la sociedad… Y te
olvidaste de disfrutar de los mejores tesoros que poseías…Tu familia, tus
amistades, la vida en sí…la paz de un niño durmiendo, el susurrar de tus
mayores que apenas dejaste que te contaran sus experiencias…Ahora ya es tarde.
Ahora tampoco puedes disfrutar de eso. Por eso estoy triste por ti.
Pensé en todo aquello que estaba
escuchando y me sentí apesadumbrado.
Por un momento cerré los ojos. Me
sentía cansado.
Cuando los volví a abrir, descubrí
que el niño que lloraba ya no estaba. Había desaparecido, y en su lugar había
un pañuelo blanco muy bien doblado.
No sabía muy bien lo que había
ocurrido así que cogí el pañuelo y me dispuse a irme a mi casa.
La puerta se abrió y en el umbral
había una mujer de mediana edad que con voz cariñosa me dijo…
Yo no sabía quién era ella pero…
me gustaba porque me hablaba con dulzura y su trato era amable, y le conteste…
.- He estado tomando el sol y creo
que he estado hablando conmigo mismo.
La mujer de mediana edad me dedico
una mirada tierna mientras desde la cocina se oía otra voz de mujer más madura
y un poco atenuada…como con una cierta pena…que tampoco conocía y que decía…
.-Maldita enfermedad...
Dedicado a
todas las personas afectadas por el Alzheimer,
familiares y amigos y también a los cuidadores y personal médico/científico que
intentan paliar los efectos de este comportamiento anómalo de la mente humana.
Y que la ciencia aún no acaba de resolver.
Cita:
Cuando yo tenía 5 años, mi madre me decía que la felicidad era la
clave de la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron que quería ser cuando
yo fuera grande. Yo respondí ``Feliz´´. Me dijeron que yo no había entendido la
pregunta y yo les respondí que ustedes no entendían la vida.
John Lennon.
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