martes, 27 de noviembre de 2018

MALDITA ENFERMEDAD.




Ayer, vi a un niño llorando. Estaba sentado en un banco de un parque cercano del lugar. Me acerque y le pregunté.
 
.-  ¿Por qué lloras?

El me miro y con voz serena me contestó.
  .- Estoy perdido y me siento triste.

Mire a mi alrededor y no vi a nadie que me pareciera algún familiar de aquel angelito desamparado, y le pregunté.
  .- ¿Dónde vives?...y… ¿Por qué estás triste?

El me respondió…
  .- Yo vivo aquí y estoy triste porque me da pena de ti.

Me quedé perplejo y sin saber que contestar.  No recordaba a ese niño, estaba seguro de que no le conocía y pensé que necesitaba ayuda por lo que sin más me senté a su lado y le hable.
   .-Cuéntame tus inquietudes… le dije con un cierto tono condescendiente…yo sabré escucharte y comprenderte y te prometo que hallaremos solución a tu tristeza.

El niño levantó la cabeza y me miró a los ojos y con la misma voz serena de antes me dijo…
  .- Si, seguro que me escucharas…como siempre…pero no me comprenderás y será muy difícil que podamos hallar una solución a mi tristeza, porque ya es tarde.

No entendía bien lo que pretendía decirme, y continúe escuchándolo con atención.
  
.- Tú me escuchaste pero no me comprendiste cuando te decía que le dieras más importancia a la verdadera esencia de la vida…al amor, a los hijos, a percibir la tranquilidad y la paz en el día a día, en concederle la importancia que merecía el cariño que te daban tu familia y tus amigos.  Tu solo pensabas en las cosas materiales…me dijo…y continuó hablando…

.- Tú pensabas que el tiempo era oro y que debías aprovecharlo para cosechar fortuna  que te produciría bienestar y seguridad. 

Fuiste esclavo de tu propia condición y de tus propias convicciones fruto de una educación  que te encadena a la sociedad… Y te olvidaste de disfrutar de los mejores tesoros que poseías…Tu familia, tus amistades, la vida en …la paz de un niño durmiendo, el susurrar de tus mayores que apenas dejaste que te contaran sus experiencias…Ahora ya es tarde. Ahora tampoco puedes disfrutar de eso. Por eso estoy triste por ti.

Pensé en todo aquello que estaba escuchando y me sentí apesadumbrado.

Por un momento cerré los ojos. Me sentía cansado.  

Cuando los volví a abrir, descubrí que el niño que lloraba ya no estaba. Había desaparecido, y en su lugar había un pañuelo blanco muy bien doblado.

No sabía muy bien lo que había ocurrido así que cogí el pañuelo y me dispuse a irme a mi casa.

La puerta se abrió y en el umbral había una mujer de mediana edad que con voz cariñosa me dijo…

.- Papá ya sabes que no me gusta que salgas solo al jardín…anda entra…pero... ¿Qué traes en la mano?...pero si es el pañuelo que te di esta mañana… ¿Dónde lo tenías?...a ver cuéntame ¿Qué has estado haciendo ahí sentado en el banco?

Yo no sabía quién era ella pero… me gustaba porque me hablaba con dulzura y su trato era amable, y le conteste…
  
.- He estado tomando el sol y creo que he estado hablando conmigo mismo.

La mujer de mediana edad me dedico una mirada tierna mientras desde la cocina se oía otra voz de mujer más madura y un poco atenuada…como con una cierta pena…que tampoco conocía y que decía…

  .-Maldita enfermedad...
                                            
Dedicado a todas las personas afectadas por el  Alzheimer, familiares y amigos y también a los cuidadores y personal médico/científico que intentan paliar los efectos de este comportamiento anómalo de la mente humana. Y que la ciencia aún no acaba de resolver.

Cita:

Cuando yo tenía 5 años, mi madre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron que quería ser cuando yo fuera grande. Yo respondí ``Feliz´´.  Me dijeron que yo no había entendido la pregunta y yo les respondí que ustedes no entendían la vida.

John Lennon.






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